El hallazgo de un nuevo objeto interestelar ha vuelto a colocar a la comunidad científica y al público general frente a un viejo debate: ¿qué tan probable es que un cometa no sea una roca espacial? El cometa 3I/ATLAS, detectado por primera vez el 10 de julio de este año, ha generado una ola de especulaciones que van desde el entusiasmo científico hasta la posibilidad de que se trate de una nave extraterrestre.

El objeto fue descubierto por el Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System (ATLAS), un programa de observación cuyo propósito es detectar cuerpos que podrían representar una amenaza para la Tierra. De acuerdo con la Nasa, el creciente número de descubrimientos de asteroides y cometas se debe a la mejora en los sistemas de detección y monitoreo. Sin embargo, en el caso del 3I/ATLAS, su comportamiento y composición han despertado curiosidad incluso entre los astrónomos más cautelosos.

Una inquietante visita captada en cámara: 3I/Atlas en una foto sin precedentes

¿De qué está compuesto el 3I/ATLAS?

La denominación “3I” indica que se trata del tercer objeto interestelar identificado que ingresa a nuestro sistema solar, después de ‘Oumuamua y 2I/Borisov. El análisis preliminar confirma que posee núcleo, coma y cola, y que podría tener más de 7 mil millones de años, lo que lo convertiría en uno de los cometas más antiguos conocidos. Las observaciones del telescopio James Webb detectaron en su cola dióxido de carbono y agua, además de monóxido de carbono, hielo y polvo, una combinación inusual en proporciones tan elevadas.

Pero es la órbita del 3I/ATLAS la que más ha sorprendido a los expertos. Su trayectoria coincide casi exactamente con el plano orbital de los planetas, con una desviación de apenas cinco grados, y presenta un movimiento retrógrado (opuesto al del resto de los cuerpos del sistema solar), con una excentricidad superior a 6, la más alta registrada hasta ahora. A diferencia de otros cometas, solo muestra aceleración gravitacional, sin componentes no gravitacionales asociados a la desgasificación.

3I/Atlas, el cometa que desconcierta a la ciencia, podría provenir de la frontera más “salvaje” de la galaxia

3I/ATLAS: ¿Un cometa o una nave extraterreste?

Otro dato que alimenta las teorías es su composición: el 3I/ATLAS contiene abundante níquel pero ningún rastro de hierro, una anomalía que lo distingue de todos los cometas del sistema solar. Además, refleja la luz solar de forma inusualmente homogénea, como si su superficie fuera “especialmente lisa”.

Para la mayoría de los astrónomos, el 3I/ATLAS sigue comportándose como un cometa convencional. Sin embargo, algunos sectores aseguran que las peculiaridades de su órbita y estructura gritan su naturaleza de nave extraterrestre cuya órbita no está dirigida aleatoriamente sino deliberadamente hacia un encuentro con planetas como Venus, Marte y la Tierra.